El uso de una cama eléctrica articulada presenta numerosas ventajas sobre un somier fijo. La multitud de reglajes nos puede ayudar a encontrar la postura más cómoda, y por tanto mejorar el descanso y el sueño.

Casi siempre que pensamos en camas articuladas nos vienen a la mente camas hospitalarias. Nos olvidamos que hay multitud de fabricantes de camas articuladas domiciliarias para el descanso y reposo del paciente en su casa.

Solo con encontrar una postura que mejore el sueño las ventajas son elevadas. Obtendremos un mejor descanso y menos dolores articulares en cuello y espalda. Para personas con problemas gástricos (reflujos, hernia de hiato) o respiratorios (asma) el dormir con el torso ligeramente elevado les supone una ventaja. De la misma forma, dormir con los pies ligeramente elevados es beneficioso para la circulación (favorece el retorno venoso).

La mayoría de las camas del mercado actuales tienen cuatro planos con tres articulaciones, lo que permite que los pies suban flexionados. Además ciertas camas tienen otro plano más, a la altura de la cabeza que permite que el usuario se incorpore más. Esto facilita la lectura o ver la televisión. Y todo de forma cómoda desde muestro mando a distancia.

Además del somier articulado, algunos modelos incorporan un carro elevador. Esto nos permite elevar y bajar la cama, alterando la distancia al suelo a nuestra necesidad. Esta característica es muy cómoda y facilita mucho los cuidados del paciente en casos de movilidad reducida. Se consigue trabajar a la altura correcta, evitando esfuerzos innecesarios a la persona cuidadora. Y al paciente le resultará más fácil incorporarse y bajarse de la cama.